Esta tarta es un éxito asegurado, una de las tartas saladas que nos sorprende con la combinación del tomate, la mostaza, las hierbas provenzales y el queso raclette, que está de escándalo y que tiene la capacidad de hacer que cualquier comida sea especial.
Podemos preparar una gran variedad de tartas saladas como la tarta de berenjena y tomate, la spanakopita, la tarta de ramitos de coliflor, etc.
Os voy a hablar de este delicioso queso raclette, que es un queso semicurado extra graso de origen suizo, pero que también se elabora en Italia y Francia, y que se funde en la boca sin necesidad de calentarlo.
Es un queso muy aromático que tiene un sabor ligeramente a frutos secos, picante, y con una textura cremosa y rica en matices, por lo que es estupendo como aperitivo, fundido sobre patatas o utilizado en una gran variedad de platos, pero también para cualquier tipo de preparación en donde la capacidad de fundirse sea necesaria.
Su textura es elástica y flexible y tiene un sabor dulzón que se intensifica al fundirse.
Es típicamente utilizado para la técnica de cocción conocida como "Raclette", en la que se calienta medio queso y se raspa sobre un plato caliente, el queso se derrite y además, queda con una especie de costra que le da un juego de texturas estupendo.
Este queso es el preferido por los suizos para preparar y acompañar sus platos más tradicionales. En Suiza se sirve fundido, acompañado de papas cocidas, con embutidos y pepinillos. Ideal para compartir en una cena con amigos y familiares, su sabor suave lo hace atractivo para toda la familia, desde los más pequeños hasta los más grandes.
No es una opción para todos los días, pero si te quieres dar un capricho, hará que tus comidas ganen en sabor.
Es muy versátil ya que lo podemos utilizar tanto en recetas dulces, como saladas.
Si nos dejamos los ingredientes que vayamos a utilizar, encima de la zona de trabajo, cocinaremos de una manera más rápida y eficiente.