Solía hacerlos partidos en dos mitades, pero esta vez me atreví a prepararlos enteros con el hueso ya que un año en la cesta de Navidad de mi cuñado, le pusieron un tarro grandísimo lleno de melocotones en almíbar con el hueso y estaban superiores, pues estos os puedo asegurar que no tienen nada que envidiar a aquellos.
Para asegurar una conservación idónea, la limpieza de los recipientes herméticos debe ser impecable. Lavamos los tarros de cristal y las tapas con agua hirviendo durante 5 minutos, dejamos secar sin tocar la parte interna de las tapas y de los tarros, rellenamos los tarros con la preparación hasta el borde, tapamos aún calientes y les damos la vuelta de forma que se apoyen sobre la tapa hasta que estén totalmente fríos.
Guardamos en un lugar oscuro y fresco, y en el frigorífico una vez abierto.
Si algún tarro no se llenara del todo, lo conservamos en el frigorífico directamente.
Si nos dejamos los ingredientes que vayamos a utilizar, encima de la zona de trabajo, cocinaremos de una manera más rápida y eficiente.
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| Galimoneando |
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Ingrs. para 12 melocotones:
- 12 melocotones (mejor si son de secano)
- 500 ml. de agua
- 500 grs. de azúcar
- un chorrito de zumo de limón
- un pellizco de sal
Preparación:
Lavamos y pelamos los melocotones. En una cazuela amplia ponemos el agua, el azúcar, el limón y la sal, llevamos al fuego e incorporamos los melocotones y dejamos cocer durante 15 - 20 min.
Transcurrido este tiempo, los vamos metiendo en tarros de cristal esterilizados, cubrimos con el almíbar, cerramos los tarros y los colocamos boca abajo hasta que se enfríen sin tocarlos.
Una vez fríos les damos la vuelta y los podemos guardar en la despensa.
Y a disfrutar galimoneando esta delicia de melocotones enteros en almíbar.
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