Desempolvando el baúl de los recuerdos os traigo esta receta de los rollitos de vino de mi abuela, la verdad es que es una verdadera delicia os recomiendo que los probéis, son unos tiernos y deliciosos rollitos que se deshacen en la boca.
¿Que tienen las recetas de nuestras abuelas que siempre presumimos de ellas?..
Será que nos evocan sabores de nuestra infancia, cuando nuestras abuelas preparaban dulces sin complicaciones,"eran unas maestras" ellas cocinaban las recetas de memoria, y con ese toque de cariño que solo tienen los dulces caseros; son recetas que no debemos dejar que se pierdan.
El 26 de Julio es el "Día de los Abuelos" que nos han dejado una sabia herencia en el mundo de la gastronomía de generación en generación.
A todas ellas, a nuestras abuelas, les debemos un sincero agradecimiento.
Galimoneando |
Muchas de las mejores recetas son las de toda la vida, una mezcla perfecta de sabor y nostálgia. Vamos, de las que nos salen ricas incluso sin tener esperiencia y con ingredientes que tenemos por casa,
fáciles y sin complicaciones; que más queremos.
Mira que he probado con otras recetas y ...¡qué queréis que os diga!.. Sin palabras.
Galimoneando |
Si nos dejamos los ingredientes que vayamos a utilizar, encima de la zona de trabajo, cocinaremos de una manera más rápida y eficiente.
Ingrs. para unos 170 rollitos aprox:
- 2 vasos (de los de agua) de aceite de girasol
- 1 vaso (de los de agua) de vino blanco
- la harina que admita (yo he calculado unos 800 grs.)
- una cucharada sopera de azúcar
Para decorar, azúcar glas.
Preparación:
En un bol grande ponemos el aceite, el vino, la cucharada de azúcar y la harina, mezclando todo bien con las manos hasta que quede una masa con la que se puedan formar los rollitos.
Cogemos pequeñas porciones de masa y vamos formando rulos que uniremos dándole forma de rollito (es una manera divertida de pasar el día si hay niños en casa, todos a hacer rollitos).
Precalentamos el horno a 200º C.
Untamos la bandeja de horno con aceite de girasol y vamos colocando los rollitos.
Metemos los rollitos al horno y bajamos la temperatura a 180º C.
Cocemos hasta que queden ligeramente dorados, el tiempo depende de cada horno, no hay que sacarlos excesivamente dorados.
Sacamos del horno y seguidamente rebozamos los rollitos en abundante azúcar glas.
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